Virtualización de aplicaciones: medida de Ciberseguridad

por | Jun 27, 2022

ETIQUETAS: Actualidad | Seguridad | vApp

En los últimos años, se ha escrito mucho acerca de las bondades de la virtualización y de los múltiples beneficios que supone para las empresas; especialmente, tras la fuerte irrupción del teletrabajo impulsada por la pandemia.

Jorge Alonso, CIO de Velorcios Group y autor de este artículo

Entre todos los aspectos positivos que vienen de la mano de esta tecnología existe uno que, a mi entender, muchas veces pasa desapercibido, o bien, no se le termina de dar la relevancia que tiene; me refiero a la virtualización de vApp de escritorio también llamadas vApp. Y es curioso, porque cuando se consigue comprender la potencia de la propuesta de valor que la virtualización de vApp aporta en la arquitectura IT de una compañía, en muchas ocasiones, puede llegar a ser un factor determinante en la decisión de la adquisición de la solución por parte del cliente final.

Pero vayamos paso a paso y comencemos a desgranar los beneficios que esconden, especialmente para el usuario final, estas vvApp y el hecho de que puedan disponer de sus vApp de escritorio desde un entorno virtualizado.

Vamos hacia un modelo de IT que gira sobre una premisa muy simple: datos y vApp en la nube. Este modelo, íntegramente cloud, es el ideal para todas las partes interesadas cuando se decide poner en marcha un nuevo desarrollo. Basta un navegador para que el usuario final pueda acceder de manera sencilla a la aplicación de su empresa y desempeñar su tarea, dando por hecho que la tecnología que se necesite por debajo será transparente.

Ya nadie discute los beneficios de este modelo y, de hecho, la mayoría de las empresas disfrutan de sus vApp en formato SaaS. Cuando tienen la necesidad de implementar un desarrollo propio, se inclinan por hacerlo web y ni se les pasa por la cabeza encargar una aplicación de escritorio. En este supuesto ideal podemos decir que casi no tendría sentido la virtualización porque la misma tecnología web ya da respuesta a todas las necesidades del usuario.

Ahora bien, somos conscientes que este es un escenario teórico que, a día de hoy, todavía no está extendido al 100%, así que las vApp web conviven con las vApp tradicionales de escritorio.

Esta convivencia no es sencilla y los usuarios demandan, cada vez con más fuerza, la evolución de sus vApp de escritorio a su versión web porque, en la práctica, es el modelo de trabajo que todos quieren. Pero lo cierto es que, siendo realistas, a los fabricantes de software no les resulta tan sencillo realizar esta adaptación de sus vApp de escritorio a la web y no digamos nada si por medio hay desarrollos a medida.

Esta situación promete alargarse en el tiempo; pues, aunque los desarrolladores son conscientes de la demanda de los usuarios, la realidad se impone y todavía tardaremos unos cuantos años en disponer de todas las vApp de nuestra empresa nativas en web. ¿Y mientras tanto, qué podemos hacer? ¿Cómo podemos facilitar la convivencia de estas vApp antiguas de escritorio con los nuevos desarrollos basados en web?

Lógicamente las empresas buscan soluciones que les permitan capear el temporal. En este sentido, los escritorios virtuales (VDI) resultan una buena salida para intentar alargar nuestra tradicional forma de trabajar. Si bien es cierto que en muchas ocasiones hay maneras más eficientes y sencillas de proporcionar al usuario las herramientas concretas que necesita, mejor alineadas con el modelo al que aspira, que es el de las vApp web.

Y es en este punto donde aparece la, hasta ahora gran desconocida, virtualización de vApp o vApp. La propuesta se basa en entregar directamente al usuario la aplicación de escritorio desde una URL que solo tiene que escribir en la barra de direcciones de su navegador. Con ello alcanzamos el paradigma que todos deseamos: datos y vApp en la nube.

La propuesta parece muy sencilla y hasta se diría que obvia, pero casi nunca reparamos en las muchísimas ventajas que tiene virtualizar una aplicación de escritorio, tantas, que cuando comprendemos la potencia de la vApp, en muchas ocasiones se acaba convirtiendo en el principal argumento para un cambio de modelo de IT.

Para intentar explicarlo mejor partamos de un supuesto real: una pyme de 20 empleados que utiliza un ERP basado en una aplicación de escritorio ampliamente reconocida en su segmento que tras años de múltiples actualizaciones va por su versión 14. Lógicamente, la aplicación requiere estar instalada en los equipos de los 20 usuarios, además de precisar de un servidor donde alojar la base de datos.

La competencia ofrece un ERP que comercializa en formato web. Esta solución lleva poco tiempo en el mercado y no alcanza la madurez de los procesos de la aplicación de escritorio, así que los usuarios, liderados por el Director Financiero, no están dispuestos a cambiar al aplicativo web de la competencia, por más que el Director de IT insiste en que la compañía va hacia un modelo donde datos y vApp estén en la nube y que dentro de esa política, el BYOD cada día cobrará más importancia.

Veamos como la vApp puede dar respuesta a todas las partes interesadas a la espera de que el fabricante del ERP de escritorio disponga de una solución web que, según su roadmap, podría tardar unos 4 años.

El primer aspecto positivo que nos trae la vApp ya lo hemos mencionado con anterioridad: la experiencia del usuario final tras la virtualización es la misma que cuando accedía a la aplicación desde el escritorio. Esto tiene un enorme valor porque la curva de aprendizaje es inexistente. Además, el hecho de que el usuario sólo precise de un navegador para acceder a la aplicación lo independiza de la plataforma, por lo que puede incluso disfrutar del servicio desde su smartphone.

Otro factor importante que conviene señalar es que la empresa, al igual que sucede cuando se contrata una aplicación en la nube, no tiene que adquirir infraestructura. Si la propuesta técnica y económica está bien planteada, disfrutará de la aplicación de escritorio en formato de pago por uso.

Sobra decir que si la compañía adoptara esta política de virtualización de vApp de manera generalizada, perfectamente podría prescindir de su CPD, con todo lo que ello supondría a nivel de inversión y apalancamiento.

Por último, quisiera destacar un aspecto que es el que da título a este artículo: la mejora sustancial que las vApp supone en la ciberseguridad del puesto de trabajo. Todos conocemos las vulnerabilidades inherentes al escritorio y lo complicado que muchas veces resulta, por ejemplo, configurar las excepciones de un endpoint para no interferir en la funcionalidad de las vApp. Securizar un servicio web es mucho más fácil y más económico que hacer lo propio con una solución de escritorio.

Esta securización se puede complicar mucho más si la base de datos está publicada en internet y los clientes acceden desde su escritorio desde IP diferentes. Pensemos que al entregar a todos los usuarios la aplicación virtualizada, en la práctica, el acceso a la base de datos se realiza desde una única IP con lo que es muy sencillo controlar el tráfico.

Así que el hecho de virtualizar la aplicación de escritorio, en última instancia, también puede ser considerado una medida para favorecer la ciberseguridad de la empresa. En muchos casos se puede plantear como una acción más dentro del Plan Director de Ciberseguridad de la compañía, que acaba por ser el elemento que desencadena los cambios en la arquitectura IT de la empresa.

En este artículo hemos tocado de pasada muchos aspectos técnicos, dando por hecho que el lector conoce mínimamente la tecnología, pues harían falta muchas más páginas para profundizar en los fundamentos de esta solución basada en la virtualización. No obstante, existe documentación disponible para aquellos que quieran meterse de lleno en asunto.

Les invito a que la próxima vez que visiten la web de UDS Enterprise y lean: “Virtualización de escritorios y vApp” prueben a alterar el orden de los términos “Virtualización de vApp y escritorios” y es que, aunque se sabe que el orden de los factores no altera el producto, muchas veces una vApp hace que nos olvidemos del VDI.

Autor: Jorge Alonso

CIO en Velorcios Group, Ingeniero de Telecomunicaciones (ULPGC), EMBA (Mid Atlantics Business School), Programa de Alta Dirección de Empresas (Instituto Internacional Bravo Murillo), Profesor de Tecnología para Directivos en la MBA Business School y colaborador en Tribuna de Canarias.

Autor, entre otras obras, del libro “Una historia de transformación digital” (Canarias Ebook – 2018).

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