Por otra parte, hay una gran diferencia entre compatibilidad y rendimiento. Si una pieza de hardware aparece en la lista de compatibilidad de hardware de un vendedor VDI, en principio supone una garantía, pero no es del todo seguro que el hardware vaya a soportar una carga de trabajo de producción determinada. Por lo tanto, hay que determinar qué recursos de hardware necesitan los escritorios virtuales y tenerlos disponibles.
También es recomendable asegurarse de que el hardware responde bien ante ciertos fallos. Por ejemplo, el fallo de uno de los servidores VDI puede ocasionar una interrupción importante, a menos que haya implementada hardware redundante. Normalmente nos centramos en establecer hipervisores redundantes, pero es recomendable que otros componentes VDI, como brokers de conexión o incluso servidores DNS y DHCP, también sean redundantes.
Hay ciertos momentos del día en los que los usuarios consumen más recursos y, por lo tanto, hay que asegurarse de que los hipervisores tienen suficientes recursos de hardware para manejar las demanda de múltiples inicios de sesión simultánea. Además, algunos recursos tendrá que ajustarse para que el hipervisor los pueda usar. Como cualquier otro software, el hipervisor requiere tiempo de CPU, memoria y almacenamiento I/O. Como mínimo, los usuarios deben disponer un 20% más de los recursos requeridos.
La mayoría de proyectos VDI no tienen un presupuesto ilimitado, así que se debe invertir en los recursos que van a suponer un mayor rendimiento de VDI, como son la memoria, CPU, almacenamiento y red. Si el presupuesto no permite adquirir todo lo deseado, el objetivo principal debe ser el almacenamiento de alta velocidad y la conectividad de almacenamiento. Mientras tanto, es una buena idea utilizar adaptadores de red física para el servidor, usar una memoria de bajo coste y una CPU modesta.
Fuente: SearchVirtualDesktop
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