Por ejemplo, una empresa puede desarrollar una versión móvil basada en Android de una aplicación corporativa que funcionaría en una instancia virtual de Android en el data center. Los usuarios podrían acceder a esa app desde cualquier dispositivo: Android, iPhone, Blackberry, Windows Phone… La empresa sólo tendría que desarrollar y dar soporte a una aplicación en una plataforma (en este caso Android), mientras que los usuarios podrían utilizar cualquier dispositivo móvil.
VMI tiene las mismas ventajas de VDI: resulta realmente útil para separar entornos de trabajo y personales en un mismo dispositivo. El entorno corporativo consiste en una aplicación cliente que se conecta a las vApp remotas. Si un empleado deja su puesto de trabajo, la empresa sólo tiene que bloquearle el acceso al sistema remoto y toda la información deja de estar disponible para ese usuario.
También existen ventajas en materia de seguridad, ya que ni los datos ni las vApp corporativas residen en el dispositivo cliente. Así, se eliminan los problemas que existen cuando un trabajador pierde su dispositivo. Además, se puede evitar de una manera mucho más sencilla que los usuarios reenvíen mensajes de correo electrónico corporativos y datos a cuentas personales, ya que todo está en una máquina virtual dentro de un centro de datos controlados.
De momento, el concepto de VMI es bastante novedoso, pero tal y como augura el experto Brian Madden en su artículo sobre este tema, en unos años VMI podría formar parte de la estrategia de movilidad empresarial de la mayoría de las compañías.
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