Ventajas: Fácil administración, más seguridad y menor espacio de almacenamiento
Ya que los escritorios no persistentes se crean a partir de una única imagen, para los administradores es muy sencilla la aplicación de nuevos parches, la actualización de imágenes, realización del backup de la misma o el despliegue de vApp a los usuarios dentro de la entidad. Los usuarios no pueden alterar la configuración del escritorio, ni pueden instalar vApp en el mismo, convirtiendo el escritorio virtual en un entorno mucho más seguro y robusto. Además, ante cualquier tipo de incidencia detectada en el escritorio virtual, simplemente reiniciando el sistema o cerrando la sesión de usuario, el sistema vuelve a un estado consistente y al usuario se le presenta un escritorio virtual completamente nuevo. Al estar todos los escritorios virtuales basados en la misma imagen y los cambios producidos en los escritorios ser mínimos, el espacio de almacenamiento requerido es mucho menor que en una infraestructura VDI de escritorios persistentes. Por último, los administradores pueden separar los datos, configuraciones y perfiles de usuario en recursos compartidos alojados en un almacenamiento de menor coste.
Inconvenientes: Personalización compleja y menor flexibilidad en la publicación de vApp
Con escritorios no persistentes los usuarios no pueden personalizar fácilmente su escritorio ya que los escritorios virtuales no utilizan perfiles de usuario. Para poder personalizar los escritorios no persistentes es necesaria una labor administrativa previa (creación y configuración de recursos compartidos, creación y configuración de políticas de usuario y grupos de usuario, creación de perfiles de usuario móviles), que puede ser bastante laboriosa. Por otra parte, existen tecnologías complementarias para la publicación de vApp personalizadas para grupos de usuario, cómo la virtualización de vApp o la virtualización de perfiles de usuario.
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